Hoy a sido un gran día. Ha comenzado a las 5 de la mañana, hora inglesa, hemos desayunado, preparado la mochila y hemos puesto rumbo a la estación de autobuses con un sol propio de las 10 de la mañana hora española.
A las 6.10 salió el autobús y llegamos a las 7.40 a Stock on Trent y a las 8.20 salió el autobús de allí rumbo a Alton Towers y a las 9 estábamos ya en el parque.
El parque es tremendamente grande. Como en España sólo he ido a Isla Mágica, es como dos o tres veces Isla Mágica. No sé como describíroslo. Así que voy a contar como fue el día.
Empezamos a andar y llegamos a una especie de lago, dónde hay patos y mucho césped alrededor para sentarte y estar ahí. En el centro del lago hay un hoyo de golf, donde desde la orilla puedes golpear una pelota, si haces hoyo en uno te regalan un coche. Probé suerte, casi dejo huérfanos a unos patitos ya que la bola rozó a una pata que estaba en el césped a 3 metros mía. No llegó ni al agua la bola. Quique probó suerte también con idéntico resultado, llevándose una ovación por parte de unos niños.
Después de ahí fuimos a la primera atracción que a la postre sería donde más nos montamos, el Oblivius. De esta atracción es el vídeo que está puesto en la columna de la derecha. Sobran las palabras para describirlo.
Fuimos a recorrer más parque y la siguiente atracción es una montaña rusa que tiene una aceleración brutal. Se pone de 0 a 100 en 3 segundos. Otra pedazo de atracción. Se llama Rita, por si queréis buscar algún vídeo en youtube. Nos seguimos montando en atracciones. Ya empezaba a haber colas, de unos 20 minutos.
Nos montamos en la atracción Némesis, del estilo del Jaguar en Isla Mágica. Un pedazo de montaña rusa con muchos loopings y curvas. Además nos montamos en los primeros asientos. No sé como será en los demás parques de atracciones, pero aquí hay dos colas, una para los primeros asientos, y otra para el resto. En verdad está bien.
Después nos montamos en una especie de Booster de la feria de Córdoba, pero no a tanta altura y yendo más lento, aspecto que le daba mas emoción a la atracción. Había otra atracción, que se llamaba Air, que era otra montaña rusa, pero con la peculiaridad de que ibas en posición horizontal y no vertical como todas. Te da la sensación de que estás volando, está muy bien, además hay una zona en la que vas hacia atrás y está mas chulo aún.
Nos montamos también en un Top Gun como el de la feria de Córdoba, exactamente igual. También en otra montaña rusa, más flojita, dónde Quique empezó a gritar y nos echamos unas muy buenas risas.
Después vino la anécdota del día. En el parque hay como una especie de Aquapark y queríamos ir hacia allí a ver como era y si podíamos acceder a él. No sabíamos como llegar allí y preguntamos a uno del parque el cómo ir. Nos dice que hay que coger un sendero y andar un kilómetro aproximadamente, unos 15 minutos andando. Emprendemos el camino, y estábamos andando paralelos al aparcamiento. En el sendero sólo Quique y yo. Llegamos al final y estamos en la zona de los hoteles que estaba al lado del Aquapark. Después de unos minutos más andando vemos que hay un monorail que conecta la zona de los hoteles con el parque y que tarda dos minutos. Habíamos andado tontamente. Entramos en el aquapark y era sólo para clientes del hotel. Así que volvimos al parque, esta vez en el monorail. Nos dejó en la puerta del parque pero fuera, cogemos nuestras entradas, las pasamos por la máquina y salí que estaban usadas y que no podíamos entrar. Le dijimos a la mujer de la puerta lo que nos había pasado y nos dejó pasar. Menos mal.
Después de comer en el Kentacky nos fuimos a seguir montándonos en atracciones. Nos montamos en unas cataratas ataviados por nuestros chubasqueros, ya que no hacía ni el calor suficiente, ni el sol necesario como para quedarte mojado después de la atracción.
Después conseguimos unos peluches de pitufo cada uno en un juego de meter una pelota de ping pong en unas calles. Quique lo gano legalmente, yo hice trampas para ganar, ya que había que conseguir 6 puntos y conseguí 5, por lo que cogí la pelota lanzada y la metí en la calle que me daba el punto necesario para ganar el premio.
Después nos fuimos a otra de las mejores atracciones del parque, el Thirteen, como no, otra montaña rusa. Esta tiene de especial que llega como a una habitación a oscuras, se para y de repente los vagones caen al vacío como un metro y reanuda su marcha yendo marcha atrás. Simplemente espectacular.
Después nos montamos en otra, Sonic, una especie de Ratón Vacilón pero dando vueltas sobre sí mismo continuamente y con unas bajadas y cuestas muy pronunciadas.
Ya nos habíamos montado en todas las atracciones buenas. De camino al oblivius, nos metimos en un castillo enorme que había. Pensábamos que era un castillo para visitar, pero era una atracción más. Te relataban una historia y te hacían pasar a una sala. Los bancos donde estábamos sentados empezaban a balancearse hasta dar la vuelta entera. Y después vino la cosa que nos extrañó. Nos quedamos bocabajo completamente pero la decoración parecía normal, es decir, estábamos en el techo pero la pintura de los lados y del suelo era como si fuera el techo, pero sabías que estabas bocabajo porque la puerta de salida estaba al revés, es una duda que queremos plantear al padre de Quique,a ver que explicación científica tiene este fenómeno.
Después de eso nos montamos 3 veces más en el Oblivius y realicé el vídeo de la atracción. Después cogimos el autobús de vuelta a Stock on Trent, cenamos en el Mcdonalds de allí y tuvimos que esperar hora y media a que llegara el autobús que nos trajera de vuelta de nuevo a Liverpool.
Este fue nuestro día en Alton Towers. Espero que os haya gustado. En la columna está el vídeo de la atracción y las fotos las he actualizado. Salen fotos de nuestra obra de arte en forma de paella.
Nada más, ¡Un saludo a tod@s!